Hola a todas, hoy vamos a hablar sobre un tema muy importante: sustentabilidad y consumo consciente en la industria de la moda.
Desde hace varios años se está hablando mucho sobre estos temas, relacionándolos a todos los ámbitos de nuestra sociedad. Parecen términos que están de moda, pero ¿sabemos realmente el significado de esta tendencia?
Sustentabilidad y consumo consciente
La sustentabilidad es la capacidad que tiene una sociedad de hacer uso responsable de los recursos, sin agotarlos o exceder su capacidad de renovación.
Estos últimos años la sociedad comenzó a debatir y exigir responsabilidad con respecto al impacto dañino de estas mega corporaciones para con el entorno ambiental y humano.
Por otro lado, el consumo consciente es un término que básicamente nos hace mirar un poco nuestros hábitos de consumo y hacernos responsables de qué marcas elegimos comprar y qué estamos apoyando al hacerlo.
En su cadena productiva, la moda tiene grandes impactos sobre cada uno de los diferentes eslabones de la cadena de suministro con los que se relaciona.
En primer lugar, la industria en plena actividad afecta de manera dañina el medio ambiente, haciendo uso excesivo de sus recursos, produciendo una alta contaminación con sus procesos y sus desechos químicos y, luego, con las toneladas de prendas de desecho que la misma sociedad descarta de manera acelerada.
Por otro lado, también se encuentran las personas que forman parte de este proceso: desde quienes elaboran la materia prima, hasta aquellos encargados de la confección de las prendas. Lamentablemente, las condiciones de precariedad son moneda corriente en esta actividad, junto con el trabajo infantil y las remuneraciones sumamente insuficientes.
Es así como la moda lleva años aprovechándose de las necesidades de personas en situaciones de pobreza extrema en todo el mundo y destruyendo nuestro entorno en el proceso.
¿Qué es el Fast Fashion?
Tal vez te suene el concepto de Fast Fashion o Moda Rápida. En pocas palabras, es la antítesis del consumo consciente.
Algunas cadenas minoristas de ropa, tales como Mango, Topshop y Zara, son las creadoras de este concepto que consiste en seguir las tendencias de moda, diseñando y fabricando de forma acelerada grandes cantidades de ropa, a costos bajísimos. Esto es consecuencia de este trabajo casi esclavo del que les hablaba.
Como consecuencia de este nuevo paradigma, se cambiaron las “colecciones de temporada” por cápsulas pequeñas y con constante novedad para mantener el interés constante y el consumo descabellado de estos productos. Básicamente, el ciclo de la moda se volvió más consumista que nunca. Existe un documental que les recomiendo, llamado The True Cost . Pueden verlo en Netflix si les interesa este tema.
El papel de las ONGs
Afortunadamente, ante esta ola de consumismo y explotación surgieron las contrapropuestas que llegarían para revolucionar y cuestionar todo el sistema productivo de la industria de la moda.
Hace ya algunas décadas que escuchamos hablar sobre ONGs que luchan para defender los derechos a los animales, el entorno natural, o a aquellas personas en situaciones de vulnerabilidad. La moda no podía quedar afuera, por eso fueron surgiendo diferentes organizaciones sin fines de lucro para concientizar a la sociedad sobre el impacto de esta industria.
Desde hace algunos años opera a nivel mundial la ONG llamada Fashion Revolution. En su brillante manifiesto, explican: “Somos diseñadores, productores, manufactureros, trabajadores y consumidores. Académicos, escritores, líders de negocios, marcas, minoristas, sindicalistas y políticos. Somos la industria y el público. Somos los ciudadanos del mundo. Somos el movimiento y la comunidad. Somos vos. Amamos la moda, pero no queremos que nuestra ropa explote a las personas ni destruya nuestro planeta. Demandamos un radical cambio revolucionario. Este es nuestro sueño”.
Este grupo de personas comenzaron con sus labores en Reino Unido, y hoy ya tienen presencia en distintas partes del mundo, incluida América Latina. Su objetivo es lograr una industria que trabaje para conservar los recursos naturales y regenera ecosistemas; proteger y dignificar las condiciones de trabajo para todas las personas en la cadena de valor; redistribuir el poder de manera igualitaria en la industria de la moda global; entre muchos otros.
Lo que propone esta ONG a todos los consumidores, es cuestionar a las marcas que consumen y preguntarles “¿quién hizo mi ropa?”. Para esto tienen una manera de hacerlo, y es a través de un cartel con el hasgtag #whomademyclothes o #quienhizomiropa, etiquetando en redes sociales a las marcas que consumimos e intimándolas a un proceso más transparente.
Otra manera de colaborar es a través de donaciones y/o asistencia a las movilizaciones que se hacen en algunas de las ciudades más importantes del mundo con el objetivo de ser vistos y, finalmente, captar la atención de todos para tener un impacto revolucionario en toda la industria.
Sustentabilidad en Argentina
En Argentina existen algunas marcas que promueven estas ideas sustentables haciéndolas parte de su modelo de negocios. Apoyándolos, se puede hacer la diferencia de a poco en los hábitos de consumo de muchas personas.
· Stay True: Una marca que utiliza algodón sustentable y también promociona el comercio justo y trabaja con comunidades originarias. Además, un porcentaje de sus ganancias es donado a diferentes organizaciones sociales.
· Mona Swimwear: La diseñadora de esta marca utiliza materiales encontrados en el fondo del mar, como redes de pesca y botellas de plástico, para reciclarlos y hacer hermosos trajes de baño.
· Animaná: Esta marca confecciona sus prendas con técnicas ancestrales de los Andes, utilizando sus fibras naturales provenientes de animales criados en libertad en la Patagonia y los Andes. Para realizar los tejidos y bordados a mano, se emplea a personas que forman parte de las comunidades locales y artesanos de pueblos originarios que mantienen vivas sus tradiciones.
Mi rol como asesora de imagen
Desde mi lugar como asesora, siempre intento influenciar a mis clientas para que entiendan que la ropa que vamos a comprar y a consumir en adelante, deben ser de calidad y elegidas responsablemente, apelando al consumo consciente y responsable siempre.
Para eso es necesario tener las herramientas correctas que nos permitan saber discernir y elegir a qué prendas le sacaríamos el mayor provecho para armar esos conjuntos que vayan 100% con nuestra personalidad y nos hagan sentir auténticas, radiantes y poderosas.
Resulta desafiante a veces no vernos tentadas a comprar esas marcas que promueven el Fast Fashion, estoy segura que a todas nos ha pasado alguna vez. Lo importante es comenzar a gestar el cambio en cada una de nosotras y convertirnos en personas más responsables y conscientes a la hora de comprar.
Es una transformación que puede darse de forma lenta pero firme en cada una de nosotras y es importante que todos como sociedad demos pequeños pasos hacia esta revolución que busca la igualdad y dignidad para todos.
Espero que les haya gustado este post y las haga reflexionar. Nos encontramos la próxima semana en un nuevo artículo. Recuerden que pueden seguirme en Instagram para más información útil y tips interesantes.
¡Hasta la próxima!
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